miércoles, 12 de agosto de 2009

Querido Alfredo


Aunque no te conozco personalmente, he de reconocer que eres un tipo listo. Has conseguido que España olvide tu pasado en una etapa negra del PSOE donde la corrupción y los crímenes de Estado consiguieron que los españoles reaccionaran y os mandaran al banquillo.

No voy a negar que los inicios del PSOE en el año 1982 consiguieron que España se creyera lo de la transición, y que González fue un “líder espiritual” pero al final siempre os pasa lo mismo. Aunque presumís de no ser creyentes, termináis gestionando como si fueses dioses todopoderosos, os saltáis las reglas de la democracia y no respetáis al que piensa de forma diferente. Y el dinero público, como no es de nadie, termina destinado a usos que no debe.

De todas formas Alfredo, me gustaría centrarme un poco más en ti. Fuiste uno de los máximo responsables desde Presidencia de aquella debacle del Partido Socialista, parecía que al igual que tus compañeros estabas ya “amortizado”, pero el tiempo ha demostrado lo contrario.

Pocos meses antes de las elecciones del 2004 apareciste de nuevo en escena. Realmente fuiste el que marcaste la estrategia electoral en estas elecciones, que como recordarás fueron algo extrañas. Después de aquel atentado, muchos de los altos cargos que aún permanecían desde tu época en Presidencia, han incurrido en declaraciones contradictorias y actuaciones sospechosas. La verdad Alfredo, aún no sabemos qué ocurrió exactamente aquel 11 de marzo. Espero que algún día nos lo expliques a todos.

Y ahora, con tu indudable control de la puesta en escena, tienes la habilidad de defender lo indefendible. En todos los procesos judiciales recientemente abiertos se han producido múltiples filtraciones a medios de comunicación afines. Pero tú, con cara de “bobalicón” subes los hombros y te encomiendas a la casualidad.

Y ahora dices que no hay escuchas y que son acusaciones muy graves. La verdad es que sí, de lo que se está hablando es algo muy serio. Tan serio que deberías acudir a los Tribunales para limpiar tu honor. No te preocupes por las investigaciones, tú tienes buenos amigos allí.

Querido Alfredo quizás la frase que definiría tu éxito político fue la que pronunciaste aquel 13 de marzo, vísperas de las elecciones y vulnerando la ley electoral “España se merece un gobierno que no le mienta”. Quizás Alfredo, esta misma frase, sea la que te sepulte en las historia más negra de España.

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La libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio social. John Fitzgerald Kennedy