martes, 5 de octubre de 2010

La nevera



Cualquier familia española, que se precie, tiene entre su núcleo de amigos a un amigo gorrón. Este personaje suele ser un tipo simpático, atractivo, con don de palabra, que cuenta chistes graciosos, recuerda divertidas historias del pasado, nos abruma con sus proyectos de futuro y anima los partidos de futbol en casa. Como contrapartida, se come las patatas, los pistachos, se bebe nuestros licores, los refrescos de los niños y esquilma nuestra nevera.

En nuestra tierra sabemos mucho de esto. Tenemos tres grandes ejemplos de personas que han vendido lo que no iban a cumplir, que han embelesado al personal con promesas incumplidas y que han basado toda su acción de gobierno en mucho futuro y pocas realidades. Pero de resolver los problemas, nada de nada.

Quizás el máximo exponente de este singular personaje es el actual presidente del gobierno, Zapatero o ZP para los amigos. Y le siguen a la zaga el sustituto de Chaves y nuestra actual Alcaldesa. Cortados por el mismo patrón, promesas, mensajes, mucha fachada y si te he visto no me acuerdo.

¿Pero que ocurre cuando las cosas no van bien para la economía familiar? Que ese simpático amigo, ese entrañable personaje que ameniza las tardes de los domingos, ya no nos hace tanta gracia. Cuando la nevera está vacía, sus chistes ya no nos hacen reir, sus historias nos molestan y sus promesas nos ponen de los nervios. ¡ No quiero verlo más en casa¡

Cuando de temas de bolsillo hablamos, lo que más nos preocupa es tener la nevera llena. No nos vamos a dejar engañar por el cuento de que hay dos clases de españoles, nos molestan que se dediquen a vender proyectos que sabemos no van a cumplir y las noticias de hace cuarenta años pasan a un segundo plano. Nuestro principal objetivo es llenar la nevera.

Si hacemos memoria de lo que ha ocurrido en nuestras casas a lo largo de los últimos años, rápidamente recordamos aquellos tiempos en los que nuestra nevera estuvo llena. Sabemos que, quizás, hay otros amigos, menos simpáticos y dicharacheros pero que cuando vienen a casa siempre se acuerdan de traer algo para compartir. No cuentan chistes y muchas veces pueden llegar a ser hasta un poco sosos. Pero cuando estamos cerca de ellos, nuestra nevera está llena.

Cuando tenga que elegir los que gobiernen mi ciudad, mi región o mi país no tendré la menor duda en elegir a aquellos que se preocupen por hacer que mi nevera esté llena.

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La libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio social. John Fitzgerald Kennedy