La teta se acaba

Junto a mis compañeros estamos asistiendo atónitos a la descomposición del PSOE en Andalucía y Jerez. Raro es el día en el que no nos llega de alguna de las partes algún tipo de comentario:

- Que si a tales asesoras y estos asesores, tres meses antes de los ceses la metieron a trabajar en el Ayuntamiento.
- Que si fulanito le ha adjudicado unas obras por la cara a una empresa de un familiar suyo.
- Que si a menganita le han regalado un piso por sus favores urbanísticos.
- Que si han contratado en una gran superficie y utilizando las influencias de su cargo al hijo de fulanita, a la mujer del chofer de menganita y a la pareja del escolta de zutanita.
- Que si aquél de allí ha abierto un bar sin licencia, que si al otro le dieron la licencia en un día……..

En fin, da un poco de asco ver como se abandonan los intereses generales de la ciudad para luchar, con suciedad, por el interés personal de unos estómagos agradecidos. Pero todo esto tiene una explicación, la teta se acaba.

Durante más de treinta años muchos cargos del PSOE han utilizado el miedo y el pasado para seguir manipulando, enchufando y haciéndose ricos a costa de las arcas públicas. Durante más de treinta años se han creado una red de organismos, fundaciones y empresas públicas para “premiar” a sus adeptos. Pero los andaluces y los jerezanos se están dando cuenta del “tocomocho”. Por mucho que intenten vender que defienden ideas socialistas lo que de verdad pretenden es seguir viviendo como marqueses a costa de los ciudadanos. En Andalucía y en Jerez, los señoritos del siglo XXI son los cargos políticos que se dedican a repartir el trabajo entre los que les son fieles (o al menos lo aparentan) sin importarles la pública concurrencia, el mérito o la capacidad. Y utilizando el dinero público (“Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie." (29 de mayo, 2004). Carmen Calvo Poyato dixit)

Y ahora están temerosos, están viendo como se les acaba la “mamela” están pegando empujones para quitar de en medio a los que han sido sus propios compañeros para poder asegurarse una cuota de poder y, sobre todo, una nómina al final de mes mucho más abultada de lo que sus méritos y capacidad le permiten.

Y en ese camino, están dispuestos a cualquier fechoría, incluso a mentir una y otra vez, haciendo juicios paralelos de procesos que no les reportan el suficiente rédito político (Cada uno es libre de escribir lo que quiera y responsable de todo aquello que escriba)

A todos ellos, nuestro más sincero “cariño”.