
Paseando el pasado sábado por la calle Larga me vinieron a la memoria las clases matemáticas de Don Vicente. Un magnífico profesor que allá por los años noventa nos enseñó una sencilla regla que permitía resolver problemas matemáticos con mucha utilidad en la gestión y realización de proyecto. Una simple “reglilla” que a aquellos alumnos de sexto de EGB (educación general básica) nos permitió desterrar la “cuenta de la vieja” y los “ábacos digitales” para, de forma metódica, descubrir que las áridas matemáticas servían en la vida real. Un truco, una clave, “la regla del tres”.
Dice la mayor enciclopedia del mundo, la Wikipedia que la regla del tres “es una forma de resolución de problemas de proporcionalidad entre tres o más valores conocidos y una incógnita” y que nos permite resolver el siguiente caso práctico:
“Si el Ayuntamiento de Jerez necesita un día para montar todos los palcos de Calle Larga, Plaza Monti y Manuel María González ¿cuántos días necesitará para montar los palcos de toda la carrera oficial?”
No hace falta ser alumno de sobresaliente, ni un experto en “montaje industrializado de palcos de Semana Santa” para concluir que la incógnita a despejar no debe irse más allá de diez días, quince a lo sumo y si el responsable no pone mucha voluntad. Cualquier contestación por encima de este tiempo, irremediablemente se hubiese llevado una “gran calabaza” del Don Vicente. Un suspenso sin posibilidad de recuperación hasta septiembre.
Lamentablemente en los últimos años sufrimos las consecuencias del montaje de los palcos de Semana Santa en la carrera oficial prácticamente desde el mismo que se empiezan a retirar el alumbrado de Navidad. Un montaje que entorpece el tránsito de personas, que consigue enfadar a los ciudadanos más sosegados y que sólo encuentra excusas peregrinas, sin fundamento y que casi nadie entiende.
La regla del tres no puede explicar el por qué de este despropósito. Quizás los criterios que se aplican para acometer este montaje en tanto tiempo, están muy alejados del interés público y se deban más a otras intenciones para conseguir que todo lo relacionado con la Semana Santa y las hermandades jerezanas entorpezcan el día a día del centro de nuestra ciudad y genere antipatía entre los jerezanos.
Desde luego, la regla del tres no entiende de intereses políticos. Quizás los responsables políticos del montaje de los palcos de Semana Santa no se hayan dado cuenta de que a las Matemáticas no se les puede engañar.
(La foto es de jerezsiempre)